Ayudan a eliminar los brillos que suelen aparecer en el rostro, especialmente en la zona T (frente, nariz y pómulos). Lo mejor es adquirir uno transparente para que nos sirva todo el año.


Si aplicas el polvo con brocha el acabado es mucho más natural y si aplicas el polvo con borla (la esponjita que normalmente traen los compactos) el acabado es más cubriente, perfecto, por ejemplo, para pieles mixtas.
 

Hay dos texturas (polvos sueltos y polvos compactos). Aunque su función es la misma, lo recomendable es usar polvos sueltos a la hora de maquillarte y utilizar polvos compactos para retocarte cuando sea necesario.